Cocina para desastres en Morón de la Frontera |
Escrito por M. Montiel | |
Tuesday, 29 de June de 2010 | |
Un taller enseña a ser creativos a los que sólo saben freír un huevo ¿Le gustaría acercarse, aunque sólo fuera mínimamente, a como cocina Ferran Adrià, pese a que sus habilidades culinarias se limiten tan sólo a freír un huevo? Si entra dentro de este caso, en Morón de la Frontera se están impartiendo clases para aquellos que todavía piensan que la cocina es el lado oscuro de la casa. De cara al verano, el grupo Ocio Creativo propone una programación que se divide en diferentes temáticas, todas ellas difíciles de encontrar en los cursos que normalmente se ofrecen en los municipios. Entre ellas destacan noches de patrimonio, de inmersión y antropología del flamenco, de fotograbado, de arteterapia y mandalas y, por último, de cocina creativa para desastres, la que más éxito está teniendo. Como cuenta Agustín Israel Barrera, miembro de Ocio Creativo, es objetivo es ofrecer talleres no convencionales y el de más demanda está siendo el curso para aquellos que tan sólo pisan la cocina para descongelar una pizza. En total son 17 alumnos los que cada viernes acuden a la casa de la cultura, con su delantal y dispuestos a aprender de una manera fácil y divertida, una cocina moderna y acorde a los tiempos en que vivimos. El profesor, Víctor Manuel Pérez, lo tiene claro: "Hoy día no tenemos tiempo para entretenernos en la cocina y, con estas clases, intentamos que entiendan que con los ingredientes que normalmente tenemos en casa, también se puede innovar". Madres jóvenes, mujeres que todavía viven con sus padres y algún que otro hombre pasan por estas sesiones donde se plantean soluciones para cuatro supuestos: se presentan los amigos para ver un partido (cocina rápida); los suegros vienen a comer y no les gusta la comida moderna (cocina tradicional); hay que sorprender a la pareja con una cena romántica (cocina creativa); y, por último, hijo ¡qué maravilla!, hoy cocinas tú (cocina tradicional de Andalucía). En cada una de las reuniones elaboran menús tan diferentes como tortilla de patatas chips, garbanzos con gambas, albóndigas árabes con tomate, flan de huevo o ensalada de ahumados, entre otros. Casi todos han hecho ya sus pinitos en casa preparando alguna de las recetas aprendidas en el curso. Ése es el caso de Elisabeth Franco, la benjamina del grupo, quien con tan sólo 17 años decidió participar en estos cursos "como modo de entretenimiento" y ya ha sorprendido a su familia con una tarta de chocolate. Otra de las alumnas se ha atrevido hasta con un pastel de pulpo, asombrando a su familia "tras más de 30 años cocinando". Pero no todos tienen tanto arrojo. De hecho, todavía no se ha decidido a entrar en los fogones de su casa Juan Barrera. Tenía ya algunas nociones, pero confiesa: "Todavía no he practicado en casa". En definitiva, todos están aprendiendo recetas prácticas y también modernas para hacerse la boca agua. Y entretanto, las sesiones transcurren para ellos de una manera muy divertida, donde se relacionan, intercambian experiencias y comparten buenos momentos enriquecidos con el sabor de sus platos.
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